Twain
(Pseudónimo de Samuel Langhorne Clemens) fue un escritor y humorista estadounidense, de vida muy azarosa y dramática, cuyas obras más reconocidas se distinguen en cambio por su sentido del humor, próximo a la sátira social, así como por el reflejo realista de los lugares y los personajes que protagonizan sus historias (a los que caracteriza mediante el uso del lenguaje). Con cuatro años, su familia se traslada de su Florida natal a Hannibal (Missouri), un puerto fluvial en el Mississippi, donde asiste a la escuela pública. Tras morir su padre (1847), trabajó como aprendiz de imprenta y, posteriormente, empezó a publicar notas en el periódico de su hermano, el Hannibal Journal. Trabajó sucesivamente en imprentas de varios estados y después como piloto de un barco de vapor por el río Mississippi hasta que dejó de navegar por la Guerra Civil de EEUU. Se alistó (1861) por poco tiempo como voluntario del ejército del Sur, ya que al final de ese año acompañó a su hermano a Nevada para probar fortuna en las minas de plata. En 1862 empieza a trabajar de periodista y al año siguiente ya firma sus artículos con el seudónimo Mark Twain, expresión usada en el río Mississippi que significa dos brazas de profundidad (el calado mínimo necesario para navegar). Se traslada a San Francisco (1864) donde entabla relación con el mundo literario y escribe un relato basado en una historia que había oído contar en las minas de oro de California: La célebre rana saltarina del condado de las Calaveras, que adquiere fama por todo el país. En 1867 imparte conferencias en Nueva York y visita Europa y Tierra Santa, viajes que refleja en Los inocentes en el extranjero (1869), donde ridiculiza los aspectos del Viejo Continente que solían deslumbrar al turista de su país. Se casa con Olivia Langdon (1870) y se establece en Hartford (Connecticut). Entre esta ciudad y Quarry Farm (Nueva York) escribe buena parte de sus mejores obras. Una vida dura (1872) rememora sus experiencias como periodista y buscador de oro, mientras en Las aventuras de Tom Sawyer (1876) refleja la infancia en un pueblo a orillas del Mississippi. Un vagabundo en el extranjero (1880) narra un viaje a pie entre la Selva Negra, en Alemania, y los Alpes suizos. Príncipe y mendigo (1882) es una joya de la literatuira juvenil, sobre el intercambio de identidades en la Inglaterra de los Tudor. Vida en el Mississippi (1883) es el relato autobiográfico de su experiencia como piloto de barco con la mirada nostálgica de una visita al Mississippi pasados veinte años. Un yanqui en la corte del Rey Arturo (1889) es otra de sus obras más celebradas, una sátira sobre la Inglaterra feudal. Sin embargo, se considera que Las aventuras de Huckelberry Finn (1884), secuela de Tom Sawyer, es su obra maestra, al combinar humor, riqueza narrativa y crítica a la cruel condición humana. Ese año funda la editora Charles L. Webster and Company, donde publicó numerosos libros, tanto suyos como de otros autores. Sin embargo, su carácter emprendedor le causó la ruina (una desastrosa inversión en una imprenta automática le endeudó y le obligó a una gira de conferencias por todo el mundo para pagar a los acreedores y salvar su imprenta. A su regreso publicó Viajes alrededor del mundo siguiendo el ecuador (1897), pero las obras de las décadas 1890 y 1900 ya están marcadas por una creciente amargura debido a su fracaso en los negocios, pero sobre todo por la muerte de su mujer y dos de sus hijas. Merecen destacarse de este periodo títulos como Wilson (1894) —novela sobre un asesinato con el trasfondo el racismo—, y la biografía novelada Recuerdos personales de Juana de Arco (1896). Además, escribió cuentos y relatos breves, como El billete de 1.000.000 de libras(1893), El corruptor de Hadleyburg (1899) y Oración de guerra (1905), así como ensayos políticos y muchas notas de carácter autobiográfico. Pese a su tono humorístico, Twain no sólo mostró su voz crítica en unos Estados Unidos marcados por el materialismo y la corrupción de la llamada «edad dorada» posterior a la guerra civil, sino que está considerado uno de los más destacados escritores de la historia literaria de su país y, trascurrido un siglo de su muerte, sigue siendo uno de los más leídos y apreciados por la crítica, que valora su personal estilo narrativo, su uso realista de los dialectos ( en especial, del habla a orillas del Mississippi), y su sabio retrato de la sociedad de su país. Fue una auténtica celebridad mundial los últimos años de su vida. Así, en 1907 fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Oxford (Inglaterra), tras años antes de fallecer en Nueva York.