Pino
Uno de los poetas más originales e innovadores del siglo XX, siempre al margen de grupos y tendencias. En su personalidad, aparentemente contradictoria, convivieron la rebeldía, la religiosidad y el erotismo, además de la tensión constante entre materialidad y trascendencia, entre realidad y fantasía. Nacido en una familia burguesa dedicada al comercio, combinó toda su vida la dirección del negocio familiar con la escritura. Publicó sus primeros poemas en revistas vanguardistas que él mismo codirigía junto a su amigo José María Luelmo: Meseta (1928), Ddooss (1931) y A la nueva ventura (1934) (estos poemas iniciales no serán recogidos en libro hasta 1981 con el título de Méquina dalicada). Para superar la traumática experiencia que le causa la Guerra Civil, vivió volcado en la poesía en una especie de activo exilio interior en su casa de El Pinar de Antequera (Valladolid) junto a su esposa, María J. Aguirre. «En la tierra de Castilla hallará el sentido de su vida y su abundante obra poética, compuesta de unos setenta títulos —muchos de poesía visual—, que en su mayoría publica él mismo en ediciones originalísimas, de tiradas reducidas, hoy consideradas joyas bibliográficas», según ha explicado la poeta y profesora Esperanza Ortega. Su obra completa aparecerá publicada con los títulos de Distinto y junto: poesía completa (1990) y SYNO SINO (poesía visual) (1995), si bien cuando se podía prever que su trayectoria creativa había llegado a su fin, el anciano poeta publicó algunas de sus obras más innovadoras, muestra de su prodigioso vitalismo: en 2002, año de su muerte, aparecieron El pájaro enjaulado y Claro decir, una despedida jubilosa de la vida y la poesía. Francisco Pino mereció, entre otras distinciones, el Premio de las Letras de Castilla y León (1989) y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid (2000).