Es un libro corto, que apenas llega a novela corta. Está compuesto de 23 capítulos, muy escuetos, algunos apenas cuentan con unas cuantas líneas. Tiene un ritmo que vaivenea entre la lentitud y la aceleración. No se explaya en descripciones ni se pierde en...
El acierto de Enrique Decarli reside en haber insuflado a la trama una atractiva ambigüedad que permite que en muchas ocasiones el lector dude de la salud mental del protagonista e incluso de la misma existencia de la vaporosa María.
Pese a las complicaciones del coronavirus, Enrique Decarli logró hacer llegar su obra, Tokio, desde Almirante Brown a Santander, y se quedó con el certamen.
Los protagonistas van evolucionando con el paso del tiempo y los distintos escritores que retoman la saga les van dando forma. Como todas (o casi todas) las novelas policiales la intriga está servida y el libro se lee de un tirón.