Estos son relatos bien medidos, que llaman a las cosas por su nombre y nos acercan a existencias concretas. Al valor literario se suma el sociológico: la descripción atinada de un tiempo extraño y bastante inhumano.
Casi nadie lee el libro exacto que tú escribiste, pero si está bien leído te vienen las ganas de hacer otro inmediatamente y si lo volvéis a leer, cosa que yo hago, decís ‘es el libro que quise escribir’.
Es probable que este sea su libro más brillante, sus historias se desarrollan en ambientes urbanos y contemporáneos donde la soledad y los encuentros fugaces siempre dejan huella.
La intención más encomiable de la novela tiene que ver con los modos en que nos imbricamos los seres humanos unos con otros, cada uno con su melodía, su estridencia, su cantinela, su clamor, sus susurros, la necesidad de expresar hasta lo que parece...