“La coartada del diablo” es una obra muy singular. Escrita de forma epistolar, con unas misivas sin respuesta dirigidas a un primo suyo, el autor va desmenuzando, a la manera de los narradores de la generación de 98, la vida de la España profunda y rural de entonces. Una acertada descripción de los vecinos, comenzando por la posadera llamada La Coronela, su vegetal marido Porfirio, el cura del pueblo de nombre Jambrina y Orellana, el prócer amante de la Historia y que trata de encumbrar a su Manfraque con una enciclopedia de trivialidades, son los ejes sobre los que se mueve esta trama de misterio.