Este “Laberinto de fortuna” es una manera de narrar el recuerdo, de hacer literatura con él; y también es un retrato ecuánime, riguroso, sin odios, rencores ni maniqueísmo de una sociedad y su época. Una amplia “galería de tipos” pueblerinos y de ciudad, con breves, precisas y magníficas descripciones de cada personaje; de los diferentes barrios populares y “pudientes”, sus habitantes y su vida con las puertas abiertas y sillas en el portal o de calles de paso y juegos en el parque.