En esa novela me pareció que Ruth Rendell juntaba a la clásica Agatha Christie con lo mejor de la narrativa norteamericana de los años cuarenta, cuando vivía su propia era dorada.
En esa novela me pareció que Ruth Rendell juntaba a la clásica Agatha Christie con lo mejor de la narrativa norteamericana de los años cuarenta, cuando vivía su propia era dorada.