La ambientación, la idiosincrasia de los personajes, un asesino reincidente que anda suelto, y también, por qué no mencionarlo, la referencia a crímenes reales, suponen una novela de creación compleja, que a veces parece de otra época y otras veces de un autor tan contemporáneo como Miguel Ángel González, y que desde su lectura se acoge como un todo muy homogéneo y bien labrado.