No hay mayor insatisfacción que lo cotidiano: El prisionero de la avenida Lexington, de Gonzalo Calcedo

Dos personas cruzan su soledad apagando y encendiendo una luz: son dos náufragos de lo cotidiano por diferentes razones. No se conocen, no tienen nada que ver el uno con el otro. Se encuentran en dos edificios de una avenida, uno enfrente de otro.