Los relatos de Gonzalo Calcedo (Palencia, 1961) suelen ser una garantía de calidad. No en vano, los jurados de los premios más prestigiosos del género se han rendido a su método. Es un autor inteligente, atento y minucioso, que trata muy bien el lenguaje y que ha sabido asimilar las enseñanzas de maestros de la narrativa corta estadounidense como John Cheever y Raymond Carver.