Quiroga no se regodea en describirlos, sino que le sirven para humanizar a sus personajes, aunque tal sentimiento de piedad no es bastante para salvarlos, pues casi todos aparecen marcados por un destino fatal.
Aunque los relatos están ambientados en aquella España en blanco y negro de la posguerra, siguen teniendo hoy día la misma fuerza narrativa y los mismos valores estéticos, pues para Aldecoa la ambientación y los objetivos éticos no son nunca un fin en sí...
un libro para leer y entender en su contexto, en el que hay que pararse a reflexionar casi tantas veces como a reírse o llorar, tal es la talla humana de las historias que por él desfilan. Ex oficiales del ejército ruso haciendo de camareros, artistas callejeros...
Los fugitivos se presenta bajo la apariencia de un mero divertimento, pero tan generosa en detalles y claves –que llegan incluso hasta los guiños del colofón Dramatis personae– que invita a releer la obra apenas la hemos terminado. ¿Estaremos de veras a tiempo de...