Tratado de conservación

Nueva obra de uno de los poetas más originales del panorama español: un libro que es un señuelo para soñadores y desasosegados, no cesa de decir mientras invita a callar

Fernando Zamora es autor de una poesía que nace del silencio y vuelve a él. Y así se muestra en este nuevo libro, Tratado de conservación: su propósito de que la palabra vibre un momento, solo un momento, que haga un quiebro vivaz, o súbita resplandezca en su huida. Poemas delgados, sin alharacas, como un escorzo, como un susurro, con su duende. Esa misma vena literaria se percibe en sus entregas anteriores, un duende que no resulta ajeno a la burla, al volatín, porque la palabra es —tiene que ser—, ante todo, libre; y la sociedad la domestica y la conturba, la saca de su ser para hacerle decir lo que no debe… Y el poeta la libera de esa torpeza, de su extravío, para que simplemente vuele. Fernando Zamora aparece en este poemario como un flâneur a la caza de instantes y signos, para devolverlos despojados e inocentes, liberados a su vez de la presura del tiempo. Pero sus poemas no solo son eutrapelia, guiño cómplice, sino también apunte íntimo, temblor elegíaco. Crean un señuelo para soñadores y desasosegados: no cesan de decir mientras invitan a callar.